domingo, 6 de enero de 2013

LA PUERTA


Parodia de una crónica de Mía Couto, escritor mozambicano.

Era una vez una puerta que abría para la isla de la República Dominicana. Junto a la puerta había un portero. Llegó un indio -mestizo le llaman por ahí-, y pidió permiso para pasar. El portero escuchó voces diciendo: -¡No la abras! Esa gente tiene la mala maña de pasar al frente de los otros. Y la puerta no fue abierta. Llegó un mulato, un cocolo de Macorís queriendo entrar. De nuevo se escucharon voces de protesta: -No lo dejes entrar, ese no es de la mayoría...no tiene ningún partido. Apareció entonces un dominicano ausente, y el portero fue asaltado por la protesta general: ¡No le abras, ese no es original, ese nos abandonó hace muchos años! Y la puerta no se abrió. Llega entonces un negro dominicano a la puerta pidiendo su entrada, venía abrazado por el calor del sol y atabaques que cargaba a cuestas y luego se oyó una multitud que reclamaba: ¡Ese de ahí es haitiano!, estamos cansados de esas preferencias... ¡ a los haitianos todo, a nosotros nada! Y el portero le negó la entrada. Surgió otro dominicano, este si, elegante pero también negro, reclamando su entrada.... Si dejas entrar a ese ahí, nosotros te vamos acusar de racista. El portero entonces, volvió a guardar la llave, negándole la entrada Fue entonces que llegó el extranjero, ese que manda en inglés, con la cartera llena de narco-dólares, compró la puerta, compró el portero, cogió la llave y la puso en su llavero que lo llevó al bolsillo... Después, nunca más ningún dominicano pasó por aquella puerta que, de tiempos en tiempos, se abría de la República Dominicana para la República Dominicana.

MARINO CASTILLO LACAY
Publicado en el blog lunadesalymiel

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