miércoles, 9 de enero de 2013

LA NIÑA Y EL FANTASMA


A mi bisabuelo, 
el Gral. José María Francia 

                                 I

Apoyarme en tu brazo, piedra de pampa y viento
con lágrimas de niña que acumuló la vida
trágico desamparo, semejante a tu herida,
sangre y fuego en tu rostro, melancólico intento.
Ensayo despedirme de mi fugaz lamento,
con la sonrisa intacta, luz de voz aterida,
por todo lo pasado, la mirada aturdida
a tu encuentro me lanzo, con la pampa y el viento.
Cuànto tardaste, cuánto… sólo estás en mi mente
y vibras, sin embargo como una mariposa,
mientras busco encontrarte a través del latente
murmullo de una historia, desintegrada rosa
que abre sus vastas puertas a mi ruego inocente,
guerrero interminable de mi sed impiadosa.
No te puedo dar nada, porque yo estoy vacía
aunque ahora me inundes con tu altiva riqueza.

                                     II

Me forjaste invisible, como un arma en la selva
para lanzarme al vuelo, flecha azul en distancia;
y ser árbol, ser ave, ser arbusto, pregnancia,
y atravesar espacios sin feliz primavera
Me forjaste a tu modo, me hiciste a tu manera
como una bayoneta de filosa arrogancia
con tu sed, fuego y sangre, sin futuro ni infancia,
uno más de tu tropa, rebelde y prisionera.
Pero no sabrás nunca que nadie, en este mundo,
logrará arrebatarme los audaces confines
porque soy peregrina, cual vulgar trotamundo,
voy detrás de una estrella de cuajados jazmines
y no hay nada que amarre mi libertad, profundo
ilimitado fuero de mis amplios jardines.
Guerrero impostergable. Yo, lágrima y quebranto,
puedo ser esta altiva gaviota desvelada.

ANA MARÍA RODRÍGUEZ FRANCIA -Argentina-
Publicado en el blog rodriguezfrancia

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