miércoles, 23 de enero de 2013

ELLA BAILA


Ella baila,

Él le habla al oído.

Otro dice qué mujer sigue en la pista.

La noche como certera vigilante, la cantina como único capullo de la ciudad. Ella sigue bailando con un desconocido y cualquiera, le dice cosas que ella olvida, inclusive ni escucha, la música se difunde por el capullo enrojecido por las luces opacas. Llega otro hombre, observa, otra mujer atiende la mesa, él pasa su mano por sus nalgas semi descubiertas, ella sonríe, él la acaricia, ella va por un trago y él la invita, platican de nada para eliminar la soledad plasmada en los ojos de todos. Llega otro, sólo observa, toma un trago, no acepta a ninguna mujer en su mesa, sólo calla, llora en silencio y calla.
Otra ella toma un trago y cruza las piernas, las muestra como su mejor trofeo. La música sigue, murmura en los oídos de todos, pasa por las mesas llenas de alcohol y de pesadumbre.
Llegan más al capullo dentro de la noche, las mujeres atienden al desierto plasmado en los cuerpos de todos. El rojo grita en el capullo, en los baños se escucha el susurro de hombres y mujeres citadinos. En la barra hombres que aúllan por su destierro y su melancolía acallada, vociferan su nada y ésta sale por debajo de los poros para atropellar a los comensales. La música continúa, la nada es todo, el llanto de todos se une e inunda el capullo rojizo.
Ella deja de bailar, se sienta, calla, sonríe con otro él y éste la invita a bailar, le canta al oído su nostalgia, ella sonríe, no escuchó, pero sigue bailando. No reconocen la soledad del otro, sólo la tocan sin ser vistos.
La droga circula sutilmente por el capullo, el alcohol invade las venas y las neuronas electrizantes de todos. El cantinero habla, sigue la plática del desterrado y del que vocifera, sirve un trago y otro y otro más. Llegan los amantes, bailan, las luces juegan por la pista, la música sigue y hace bailar a los sueños de algunos. Algunos hablan y otros callan, otros llueven y moribundos andan por el capullo con su trago en mano. En los baños la rutina vive, llegan se suben la falda, se bajan los calzones, se sientan, la orina cae, el papel hace lo suyo, se levantan, los calzones regresan a su lugar, la falda cae, poco, pero cae…
Regresan al capullo rojizo en medio de la noche, los perros ladran, pocos coches se escuchan, el sonido de la media luna se esfuma, algunos ellos salen, fuman, ríen, regresan; ellas esperan…

JESSICA PIEDRA -México-
Publicado en el blog misspietre

No hay comentarios:

Publicar un comentario