‘’Está bien de ser abstemio, pero con moderación’’ Solo él pudo escalar peldaños inimaginables en el universo con poderes importados desde su natal planeta Kriptón: Superman lo abarcó todo en sentido general. En cada rincón del planeta tenemos muchos Clark Kent, con herramientas vastas que atraen con sutileza a cada Lois Lane que aparecen en los bulevares de los encantos y las avenidas de las aventuras, de toda imaginación vertida a nuestro ingenio. Los ADN vienen diseñados con viñetas multifacéticas, que nutren y oxigenan nuestra existencia de sabidurias, estoicismo, tenacidad, justicia etc.; pero no en lo absoluto querrá decir que todos por igual poseemos el imperio de las apariencias… que sugieren ingredientes vitales, para mostrar nuestro desempeño en las conquistas y en la- erudición que nos hace mucho mas interesantes. En la medida que se incrementa el atractivo de nuestro componente genético…aumenta la posibilidad de crecer en lo docto, en lo que cultivamos con relación al conocimiento y al ejercicio de la plática; dominando el escenario en todos los ángulos, que advierte de que somos objetos de un atractivo-mesiánico que en donde quiera que irrumpamos surge de inmediato la férrea impresión de que ‘’todo está a nuestros pies’’. Dios, que guarda distancia con Superman, fué un divino erudito y semental, porque si todos nos hacemos llamar hijos de él, entonces, es porque lo ha practicado y predicado en toda creación.En cada uno de nosotros existe ese personaje de ‘’hierro y capa’’ que siempre anhelamos: Surge de inmediato una interrogante-¿con esos atributos… no hay kriptonita que valga para debilitarnos ante cualquier evento que nos coloque en la curva del cansancio? Por supuesto que sí, porque aquello solo el tiempo lo determina, y cuando pasamos a otra fase, entonces nos queda la brillante alternativa del uso de la sabiduría, el empleo sutil de la enseñanza, que queda grabado en la historia generacional, que aunque Chaucer difiere en que ‘’no todos los eruditos sean los más sabios’’, pero son los que ayudan a preservarnos en apariencias e impresiones
Carlos Martínez Márquez
Publicado en el blog lunasalymiel
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