viernes, 21 de diciembre de 2012

PERO EL AGUA SE QUEMA Y EL AIRE...


 …un daimon nos concede el don de ver por entre las grietas del mundo…
Franz Marc  

Pero el agua se quema y el aire
reniega de su condición de aire,
y lo ancho se angosta
y lo breve parece extenso
cuando, de pronto, falla la palabra
 y apenas queda un trozo de queso
que, de tan rancio, ni las ratas lo roen.
A la deriva en el seco mar
del largo naufragio;
andaremos desnudos
entre hierbas altas
que no nos dejarán ver
a derecha e izquierda.
A la deriva el azul y la melodía,
el vértigo, el cristal,
la mancha, insectos y hexagramas,
la esfera armilar,
 lo bello natural, el autogoce objetivado.
Y allí, en cualquier parte,
aunque haya yo
 puesto la mano en un muro,
en el lomo de un libro,
en una espalda y en un papel
en blanco o con un pasaje de la Comedia,
 el insomnio, la doble hélice, la gravitación,
 la tipografía del mundo
que se borra de a poco,
no importa si Coleridge,
Galileo, Joni Mitchell,
Linus Pauling, un anónimo,
 yo mismo, el tiempo.

Del libro "Paracelso y otros poemas" (inédito) de Carlos Barbarito -Argentina-
Publicado en la revista Mapuche 62

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