Levanta un ala
y nada pasa
Como tras humilde plegaria
al fantástico cuerpo de mujer
que vive bajo las flores
donde mis uñas ensangrentadas
cavan la tierra negra agonizante
Del ojo vacío luego
cae pura seda
en un pequeño túmulo de cielo hundido
Y la otra ala susurró
pero los fríos dados de las nubes quedan
detrás de mis sandalias falsas
Boris Domagoj Biletić
Publicado en la revista Arquitrave 53
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