A Rubén Echagüe
"Árbol amigo: Ayúdanos a bien vivir
a cambio de nuestra devoción".
El dulce balido
de una oveja
esquilada
fue el coro melodioso
del ruego de los niños.
Golondrinas
amantes de la altura,
presenciaron la diafanidad
del rezo.
.. . . . . . . . . . . . . . . . .
Esa noche
los niños se durmieron
con el arrullo de jóvenes torcazas
estrenando su nido.
Clara Rebotaro
Publicado en la revista deliteraturayalgomas
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