jueves, 27 de diciembre de 2012

OBOE SUMERGIDO


Avara pena, tarda tu don
en esta mi hora
de suspirados abandonos.

Un oboe gélido deletrea de nuevo
alegría de hojas perennes,
no mías, y olvida;

en mí anochece:
el agua tramonta
en mis manos herbosas.

Alas oscilan en ronco cielo,
lábiles: el corazón transmigra
y yo estoy yermo,

y los días son escombros.

SALVATORE QUASIMODO (1901 - 1968) Italia
Publicado en la revista la Urraka 31




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