jueves, 27 de diciembre de 2012

EL COLECCIONISTA DE HORRORES


Todo lo que uno puede imaginar, otros podrán hacerlo realidad.
Julio Verne.

El paciente negó con la cabeza. El terror surcaba su faz mientras tartamudeaba súplicas ininteligibles.
Le volvieron a quitar la medicación, lo ataron a la camilla y como tantas y tantas veces, lo dejaron solo en la
celda al albur del insomnio. No vería amanecer hasta que el desfile volviera y él se lo llevara en su libreta. Los minutos se hicieron días y la cohorte de visiones le envolvió por fuera y le supuró por dentro: aquellos seres indescifrables que devoraban la realidad, el perro diabólico que ladraba con saña, la cúpula que rodeaba aquel pueblo ideal, el payaso con dientes aserrados que sonreía enloquecido, la torre oscura que emanaba sombras del averno, el ascensor que vomitaba
una ola de sangre…
Y tras asomarse al infierno, llegó él. Aquel hombre gris y de ojos inquietos que intentaba tranquilizarle diciendo que podía cazar aquellos terrores con su libreta y su bolígrafo.
Como siempre, le costó hablarle al principio, pero poco a poco regurgitó aquellas visiones. Lo hizo a
borbotones, sollozante, rogando que volvieran a medicarle. Una vez le habían dicho que aquel hombre era
escritor y que usaba las imágenes que cazaba para sus libros. Apenas consciente, derrotado por el
cansancio y la falta de sueño, le confesó al dueño de la libreta que le había visto muerto, asesinado mientras
escribía, por un lector obsesionado con su obra. En su visión, la sangre del escritor empapaba el taco de papeles que bosquejaban su última novela.
— ¿Cuál es el título? —Imploró el escritor.
Pero cuando iba a decírselo, el paciente se desmayó, agotado. El hombre de la libreta salió de la estancia preso de la inquietud. Pensó que en el próximo encuentro podría conocer el título de la novela para así
nunca escribirla. No sabía que el paciente moriría al amanecer.


Basado en la novela Eso; Cujo; La Torres Oscura; El Resplandor; La Cúpula; Misery; Langoliers.

Carlos Díez (España)
Publicado en la revista digital Minatura 123

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