A mi amada familia
En este estallido de ausencias
alguien dirá que renació el relámpago
sin embargo
la calma silenció la amenaza,
no hubo vendaval,
ni una llovizna.
Es que la fugacidad del sueño
de pronto
se corporizó en hijos y nietos
en risas y juegos y charlas.
En gozosa renovada parición
la reunión de la familia
fue el escenario pleno del verano.
Y el estallido de ausencias
se deshizo
en el milagro del cántaro
que vacío o lleno
cumple sus ciclos en el alma.
Del libro Desde el brocal del alma de
Cecilia Glanzmann -Argentina-
Publicado en la revista Con voz propia 52
No hay comentarios:
Publicar un comentario