Desnuda,
Desnuda pareces.
Desnuda cuanto asomas al balcón
como espejo de la gardenia
tus ansias.
Desnuda te veo,
cuando pisas las hojas mustias del otoño,
Desnuda cuando acaricias la textura de un muro
como sin querer.
Desnuda cuando en la tienda te pruebas un foulard,
unos guantes de cabritilla,
un gorro de lana y dibujos de la infancia,
cuando cantas canciones tristes
pensativa.
Desnuda y solo yo lo siento.
Cuando al atardecer el humo de un té se confunde
con el sopor del brasero y la niebla del invierno,
te siento desnuda.
Cuando al anochecer desnuda,
te arropas en las sabanas impregnadas de tu olor
y de las arrugas de tu hueco,
entonces,
se que vas vestida.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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