La cara de loco, los pelos como escarpias, los ojos de huevo, la barba de veinte días, la barriga como la de un luchador de sumo. Así se pondría Jack, el actor que hace de sí mismo o de un pariente no muy lejano en “El resplandor”, si viera los tachones de boli Bic, la letra cochambrosa, las faltas de ortografía (en inglés eso sí) del trabajo que va a presentar, si no lo remedia alguien, una alumna que yo se me, concretamente de nivel medio-alto en inglés en la E.O.I. de Mérida. Mi madre!! digo, la que liaría dicha alumna –ríos de tinta, manchas azules hasta en el cielo de la boca, la ropa inservible, rota y sucia, la cara con churretes azules, el llanto intentando conseguir desentrañar la vida y obras del tal Nicholson (y si luego, encima, hay que pasarlo a inglés...) toda la tarde perdida estrujándose las meninges- pensando en uno de sus actor es predilectos ¿o se trataba de otro tipo de Jack?
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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