lunes, 24 de diciembre de 2012

A TU LUMBRE NÁUFRAGA


Nazco a tu lumbre naufraga,
ocaso de aguas límpidas.

De hojas serenas arde
el aire consolado.

Desarraigado de los vivos,
corazón transitorio,
soy un límite vano.

Tu don tremendo
de palabras, Señor,
asiduamente pago.

Despiértame de entre los muertos:
cada uno a tomado su tierra
y su mujer.

Tu me has mirado dentro,
en la oscuridad de las vísceras:
ninguno tienen mi desesperación
en su alma:

soy un hombre solo,
un solo infierno.

SALVATORE QUASIMODO (1901 - 1968) Italia
Publicado en la revista La Urraka 31

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