jueves, 27 de diciembre de 2012

A LA INTEMPERIE


Me reconozco en seis pupilas de fuego,
que como puñales de pasión
y el néctar de la fogosidad,
escupen como sogas invisibles
kilos de arrebato de inteligencia femenil.

Y me envuelven y absorben,
seis ojos de búho
y asimilo los instantes.

Y somos en la oficina de mujeres y yo,
una conversación inicua y membruda.

Una micro tertulia,
que como un saltimbanqui se convierte en un popurrí de inercias,
y rebota desde los precios caros de los libros de texto,
al absurdo de la vida.
Plasmando
con ligereza y rabia,
la náusea,
a veces,
en una catástrofe de verano
de unas vacaciones a la nada.

Como si el aliento de Kafka impregnara los instantes,
hablan todas.
Hablamos.

Pero son también,
palabras moteadas de gestos placenteros
y sonrisas cálidas.

Como en una mansión
de niños pequeños desclavados de la vida,
me reconozco,
y me evaporo dejando en el aire la impronta de una mañana de verano como otra cualquiera...

La vida.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

No hay comentarios:

Publicar un comentario