martes, 9 de octubre de 2012

UNAS LAGRIMAS LLORABAN SOLEDAD


Mi cuerpo,
lo acaricio lentamente
cierro los ojos como en un juego
que recorre el tiempo
de cenizas blanquecinas.
Busco el camino que dejaste,
intento encontrar
las caricias y los besos sin destino.
¿Encontrarte?
Sólo hallo las heridas sangrantes,
montañas nevadas
que se camuflan con la ventisca,
arboles sin cortezas,
pájaros que no alzan el vuelo
y caminos de corto recorrido.

Esta tarde he visto como se esfuma
la espuma de tus manos
y morir sobre mi cuerpo
cada uno de los sentidos.
Unas lágrimas lloraban el adiós
sentadas en el abismo de la soledad.

María Sánchez -Cádiz-


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