lunes, 22 de octubre de 2012

TRAS LA LLUVIA


Aprendí a querer
lo que queda tras la lluvia:
el aroma de tu piel
y esa hierba por crecer
tras el paso de la furia.

Aprendí a escuchar
más allá del aguacero
como hablaba tu mirar
y esa hierba al despertar
con esplendor sincero.

Aprendí a callar,
al salir de nuevo el sol,
a sentir en mi tu paz
y esa hierba contemplar
como viste su color.

Aprendí a adorar
que aunque el cielo se desplome
tu figura quedará
y esa hierba mecerá
tus caricias y mis flores.

Gustavo González -Valladolid-

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