martes, 23 de octubre de 2012

GUARDA SIEMPRE MI PALABRA


Guarda siempre mi palabra tras un dejo de desgracia y humo,
Tras la resina de la paciencia circular, tras la brea vergonzosa del trabajo...
Como el agua que en los pozos de Novgorod debe ser negra y dulce,
Para que en la Navidad se refleje en ella la estrella de siete alas.
Y por ello, padre mío, mi amigo y burdo ayudante,
Soy un hermano bastardo, un renegado del pueblo,
Que promete edificar grandes y frondosas construcciones
Para que en ellas se mueran los príncipes.
Ojalá me amaran sólo a mí estos parajes helados
Como los bolos que, apuntando a la muerte, golpean el jardín.
Aunque pase toda la vida en una camisa de hierro
Encontraré para la ejecución un hacha en el bosque.

Osip Mandelstam (1891 - 1938) Rusia
Publicada en la revista La Urraka 31

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