En el mar se reflejaban las nubes
como gaviotas
buscando otros horizontes.
Te busqué entre ellas
y nadie me supo decir nada.
Todos callaban
en las orillas de aquella tarde
Te busqué en el cielo,
viajero amante,
y mis ojos quedaron cautivos,
siguiendo aquella nave
que cobijaba tempestades.
Me adentré en el mar
confundiéndome entre las olas,
nadando con los peces,
ignorando lo profundo,
se confunde día y noche.
Salté sobre las juguetonas olas
y me sentí pez de los mares,
crucé saladas miradas,
respiré inmensas soledades,
y tomé la vida
con todas sus oscuridades.
Y en el lugar que nadie sabe,
en el sentir más íntimo
te encontré con la fina brisa
susurrando mi nombre.
Y en las orillas de la tarde
mi alma se enredó con la tuya
uniendo tierra, mar y aire.
María Sánchez -San Fernando-
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