martes, 9 de octubre de 2012

EN CLANDESTINIDAD


En clandestinidad viví con ella
los más abiertos e íntimos instantes;
nuestros puntos de arranque, tan distantes,
coincidían en huella sobre huella.

Encrucijadas de oro, sin querella,
a ritmo de adulterios galopantes,
haciendo audacia en vértigo de amantes,
lo que antes fue titilación de estrella.

En nuestra dársena otoñal anclados,
amplio velamen, mástiles alzados,
los placeres de la ilegalidad.

Conscientes de su efímera existencia,
dimos a cada erótica experiencia
carácter y amplitud de eternidad.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-

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