miércoles, 10 de octubre de 2012

El TIEMPO MUERE EN LA PALMA DE MI MANO


Cuando el reloj  suena
el péndulo se tambalea
y llama al rincón de mi memoria.

Mientras, el sol
me extiende sus cálidos brazos
y me saca sin mudanza
de una casa desconocida,
yo dirijo mi mirada indiscreta
a una desordenada habitación
donde maduran los recuerdos.
Digo adiós a mi soledad
y a las noches en vela.

Después,
me miro en el espejo del ocaso
y veo la sombra del olvido.
Salgo al encuentro de la vida,
busco por calles deshabitadas
hasta que cabalgando llego
a la frontera del destino
donde el tiempo muere
en la palma de  mis manos.

María Sánchez -Cádiz-

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