viernes, 26 de octubre de 2012

EL MISTERIO DE LA CARRETERA


Conducía a media noche cuando los faros del vehículo comenzaron a parpadear, y a continuación los
cambios no respondían. Me detuve en aquel paraje oscuro y solitario a verificar el fallo. El carro ahora ni siquiera quería encender. Al rato vislumbré un vehículo a lo lejos. Agité las manos para pedir ayuda, se acercaba más y más, hasta que se detuvo frente a mí… era un policía. ‘’ ¿tienes problemas?’’ preguntó con voz grave y metálica mientras miraba al motor que yo manipulaba inútilmente.
En el instante de mi afirmación me apartó, activó sus dedos y se convirtieron en activas herramientas
que diligentes giraban, atornillaban, cortaban o apuntillaban sonoramente.
Al cabo de unos instantes se detuvo, giró mecánicamente su cabeza, y atónito escuché ¨listo¨. Subí rápido al vehículo absolutamente impactado. A través del cristal miraba como el engendro subía en su unidad policial y desaparecía en medio de la noche. En ese momento comprendí que para mí los Ciborg, mitad hombre, mitad máquina, habían dejado de ser un simple mito.
Sin embargo un rato después conduciendo solo rumbo a casa, dudé de mi memoria.

Deisy Toussaint (República Dominicana)
Publicado en la revista digital Minatura 121

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