IV
El mar vuela a lo lejos como un pájaro,
hay posadas que ya no se abren para mí
en el jardín gotea el surtidor de cansancio
emprenden su retorno las aves de mi memoria.
Miro en tus ojos el paisaje oscuro de rojizos soles,
los ases tenues, tímidos, se filtran en la piel seca.
No tengo a donde ir, retorno a mis ancestros.
Cumplido el oficio, tu mano y la mía dejarán la llave en el bosillo
y la roca quieta.
Más allá de la imágenes el mundo se desvanece.
Mira es verdad: cierto es lo desconocido.
La mirada serena al mundo
que en su desamparo se acoge a los ojos.
Libre ya de cualquier orgullo,
a toda ola frágil, evocación,
cada día aprendo a dar el día:
como mente anclada,
la mirada acostumbrada
suele entrsitecer lo que ve.
MAURICIO ALBERTO MONTOYA -Colombia-
DE FACEBOOK - 6743 - ELECCIONES EXTREMEÑAS
Hace 2 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario