martes, 8 de mayo de 2012

EL MIEDO


Un camino angosto se abría ante mí, hacía frío y estaba oscuro. Sólo escuchaba mi respiración y los pasos y gritos de aquel que me perseguía. Corría, corría por aquel camino que siempre era el mismo. No debía de estar muy lejos de mí, pues ya podía ver su sombra y la del hacha que blandía como si fuese una pluma. Caí, recuerdo que caí y la sombra siguió hacia delante. Era mi miedo, yo había dejado de correr, pero él seguía creciendo. Tenía que continuar porque el regresaría aún más fuerte. Un camino...

MARÍA JOSÉ BERBEIRA RUBIO -Casteldefell-

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