lunes, 21 de mayo de 2012

BREVERÍAS

2246


Sólo al perder las cosas
pensamos ver su auténtica valía;
fueron tal vez no más que gozo un día,
y al devenir derrotas dolorosas,
se nos disfrazan de oro y armonía.

No vuelvas a mirarlas, son engaños
que hambrienta el alma y contumaz la mente
persisten en tejernos. La serpiente
no se hará ruiseñor, aunque los años
muden su piel. No hay cambio convincente.

2247

¿Cómo olvidar a la persona que amas,
aunque ahora seas náufrago en su olvido?
¿Acaso firme en tus recuerdos clamas
por aquélla que nunca has conocido?

2248

Tú y yo estamos al borde, nunca al centro,
mirando afuera, no mirando dentro.
Tú y yo, nunca nosotros; entidades
que encubren, no comparten, ansiedades.
tú y yo, Jano bifronte, ayer, mañana,
espalda a espalda, nada nos hermana.

2249

Oh, se me alargan hacia ti los brazos
cada noche de insomnio, cada día
de sensorial, deliberado sueño.

Te saluda mi piel a cañonazos,
sobresaltándose mi anatomía,
y sobre tu vacío me despeño.

2250

Me dejaste desnudo,
sin nombre o luz, rumores o fragancia.
Quedé, en un mundo de palabras, mudo,
quedé mendigo en mundo de abundancia.

Lo más triste es que nada te llevaste,
aunque todo te había sido dado.
Y yo llevo en el alma, qué contraste,
cuanto no se me dio, crucificado.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-

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