domingo, 1 de abril de 2012

LA INDOCENCIA Y LA REVISTA POÉTICA AZAHAR ESTUVIERON EN LA II RUTA FERNANDO QUIÑONES


Los indocentes Rosario Sánchez y José Luis Rubio estuvieron y participaron activamente en la II Ruta Fernando Quiñones, recitando Rosario el poema de Fernando Memorias corporales y José Luis leyendo el nacimiento de Juan Cantueso que aparece en la novela, finalista del Premio Planeta 1983, La canción del pirata. Ambas lectura se llevaron a cabo en el local de la Asociación de la Prensa de Cádiz. Después en la Peña Juanito Villar José Luis Rubio, en nombre de la Revista Poética Azahar, leyó un párrafo del libro De Cádiz y sus cantes, el poema titulado Responsillo andaluz por Dolores La Petenera y tres poemas de su autoría dedicados a Fernando, al acontecimiento y a Cádiz.
Estos son los poemas recitados.
Con sus libros

Con el viento del sur
dándole la espalda
camina Hortensia Romero
mientras recuerda la canción
que el pirata cantó a Cádiz
cuando lo vio en el viejo
colmao donde bebió el último trago.

Dejemos que el viento del sur
nos lleve por las callejas de Cádiz
cantando como aquel pirata
que en las noches de luna
en un tablao veía bailar
a las gaditanas guapas.

Cantes son de Cádiz las alegrías,
las soleares y las bulerías
pero también la malagueña del Mellizo
y el cante por siguiriyas
de Aurelio, de Pericón o del Flecha.
Chano y El Beni sus tanguillos
y sus cuchufletas gaditanas
que hacen reír a Fernando
cuando en una juerga los escucha.

AÑO SEGUNDO

Por segundo año
hemos buscado
huellas de Fernando
en las calles gaditanas
y las hemos encontrado
pero son tantas
sus huellas que aún quedan
muchas por recuperar.

Pero para mí tus huellas,
las más profundas,
están en tus versos,
versos que van haciendo lentamente
caminos en mi mente
y sugiriendo nuevos
poemas que descubran
la incomparable belleza
de Cádiz al mundo entero.

QUÉ BONITO ES MI CÁDIZ

He vuelto a pasear por tus calles,
que todas llevan al mar,
recordando otras fechas
tan distintas y tan lejanas.

El olor de tu mar me asaltó
en la Alameda y en la Caleta
y el vuelo de las gaviotas
despertaron mis pasados sueños.

El sol calentó mi cuerpo
en el parque Genovés
mientras el agua de las fuentes
entonaban una inolvidable canción.

Caminé por el espigón de mi Caleta
hacia el viejo castillo
viendo como el agua atravesaba
el emblemático puente Canal.

Contemplé las barcas varadas
en las rocas y evoqué mis días
de marisqueo y baño
cuando aún era un niño.

También rescaté paseando
el espigón un bello atardecer,
un hermoso y profundo beso
y unos versos enamorados.

Terminé mi paseo en una peña
flamenca llena de cuadros
y de duende que a mis compañeros
indocentes y a mí nos envolvió.

JOSÉ LUIS RUBIO

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