EN EL MISMO PUENTE

No se despierte un pájaro y la brisa
recogiendo en su falda los gemidos.
Huya con ellos por las negras copas
o los entierre por el blanco limo.
F. G. Lorca.


La danza que se pierde al pie del coro,
escasa lluvia de cristales, huesos.
No se despierte un pájaro y los rezos
del agua en una cruz, el deterioro
de mi nostalgia, signos en el poro
de la tierra, en lo humano. Profetiza
la luna en las paredes, la ceniza
que opaca con sus aires a las velas
del abismo, tu boca y mis esquelas:
no se despierte un pájaro y la brisa.

La noche trae polvos que me gimen
un instante de sismos, catedrales,
una atmósfera de hojas cardinales
en el vientre. En la piel de un cuerpo el crimen
se esconde y en las vértebras del himen
se lleven la verdad plomos heridos.

Que el agua se desprenda en los aullidos
cerrando las palabras en sus urnas.
Las noches son punzadas taciturnas
recogiendo en su falda los gemidos.

El tiempo, la ciudad, la quiromancia
de los fieles, mis sueños y las llaves.

Que se fuguen mis vísceras, las aves,
el encierro de un mármol, la sustancia
de mi tenue locura, la distancia
en la noche, el espejo que me arropas.

Se masturben las émulas en tropas
de besos. Un arcángel, un ahorcado:
amor en los rumores incrustado
huya con ellos por las negras copas.


Esquina de mis carnes: un intruso.

Que todo en la razón sea un retumbe
de manos inconclusas, el derrumbe
de los pozos, el viento y el difuso
no-ser de la existencia, el otro abuso
con el que te levantas en la etimo-
logía de saberme fiel. Racimo
en el espacio de la muerte: el verso
hulla con ellos por el universo
o los entierre por el blanco limo.

Del libro A la misma hora de MAIDOLL MORALES PÉREZ -Cuba-