martes, 17 de abril de 2012

EL HOMBRE SIN

Señoras y señores,
con ustedes el mayor espectáculo del mundo.
Admiren,
loen,
piropeen,
gocen de la presencia de:
el hombre SIN.

SIN móvil,
este espécimen humano cree con fruición,
que el pin es el sonido de una gota de rocío
que perfora la escarcha del otoño.

SIN coche,
sorprendentemente caminar no le importuna
y dice que,
extraño él,
a veces,
le da besos limpios a la capa de ozono.

SIN carnet de conducir,
insiste en que dicho carnet no le cabría en los bolsillos
ya que los lleva llenos de sueños
y de besitos,
pétalos salados
y corolas risueñas.

SIN reloj,
este ser extraño,
mide el tiempo por el olor de los jazmines,
o la caricia de una hoguera de piedras y ramas
al amanecer,
o por el aroma de la tierra mojada de nubes llorosas,
o por el sabor a cloro de un bikini
mordisqueado en el verano.

Es el hombre SIN:
SIN miedo a la pasión,
a la vida,
a las cosquillas de la poesía,
a la sonrisa eterna de un niño,
al hormigueo de la lentitud.

Señoras y señores es el hombre SIN:
SIN miedo a la felicidad.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

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