Despegándome voy de cada estrato
que al exterior del alma se me adosa,
huella sea de ráfaga amorosa,
o residuo de extático arrebato.
No es repudio de andanza, o de contrato,
venido sobre mí, que en la azarosa
carrera de los años se anquilosa,
y muere, más o menos, de inmediato.
Cuanto viví fue intenso y contundente,
y aun perdido, se me hizo permanente
en la honda intimidad de la memoria.
Mas ya ni añoro ni me multiplico;
sólo por ti, mujer, me purifico
de cada sombra o huella evocatoria.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO-Los Angeles-
DE FACEBOOK - 5729 - PAPELETAS
Hace 2 horas
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