martes, 10 de abril de 2012

ALMA VACÍA

Me adentré en tus crepúsculos vacíos,
perdiéndome en estepas desoladas.
Ni colores, ni cantos, ni algaradas,
sólo orfandad, cautela, escalofríos.

¿Qué tormenta arrasó tus labrantíos,
trabajados en ásperas jornadas,
o qué corsario deshojó a estocadas
los crisantemos que juzgara míos?

Tu campo era mi campo, su hermosura
era la recompensa a la aventura
de tu resolución y mis empeños.

Ya nada queda en tu heredad abierta,
sólo un alma vacía, si no muerta,
que apenas reconozco entre mis sueños.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO-Los Angeles-

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