MARIPOSAS EN EL INFIERNO

Plenas tu boca con el enjambre
de mariposas que te tienen hambre
y desconciertas mis sentimientos
en el lugar que comparten tus sueños
cuando ya no tienes que desnudarte
mientras yo me estoy desvistiendo.

No puedo dejar de contemplarte
fijando tus ojos en ninguna parte
y ansiosa por obtener tu premio
que despierta mientras desfallezco,
que tú consumes sin inmutarte
y yo te ofrezco, porque te quiero.

Pero tus labios quieren robarme
la evidencia de que me amaste,
el jugo de todos tus besos...
no insistas, yo te concedo
el derecho para sacrificarme
o para ingerirme en tu recuerdo.

Desparramo mis músculos en un catre
que erigí para visitarte
donde se aplastan nuestros huesos
porque nuestro amor, no es tan pequeño
que pueda gastarse en una tarde,
que pueda limpiarse con un pañuelo,
aunque tampoco es tan importante
si nadie nos espera en el averno,
puede que el diablo nos llame,
puede... si se estaba aburriendo
o quizás envidie el arte
de tu boca en otros infiernos.

Luis Maria Saiz