domingo, 3 de abril de 2016

TIBIEZA


Quema la piel, padece.
En las lentas alas añadidas
del caparazón más blando acariciado.
Tiembla en su pequeña ventana de cielo
con placer de tarde que azulea.
Tierna la flor de su persona,
tierna en aroma que regresa a juventud.
Flor líquida que se pierde entre las manos
y a los besos se adhiere.
Tejiendo su garganta espuma
que se mantiene tibia justamente
lo que el sol de una tarde.

MIGUEL CAMUÑAS

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