domingo, 3 de abril de 2016

SU SANGRE ENTRE MIS DEDOS


Habla
Pilato

¿Qué haré con el que llaman: el Mesías?
Una lluvia de gritos tempestuosos, amparada en oráculos desnudos,
azota, con sus cóleras oblicuas, la talla intolerante de los códigos con que Roma domina, a pura espada, la silenciosa hostilidad del mundo.
Afuera ruge el odio,
enardecido,
como un monstruo de múltiples cabezas desgarrando las tapias del pretorio con sus uñas de celos asesinos, reclamando la cruz para este justo.
¿Qué haré con su inocencia delicada cubierta por un manto de vejámenes?
No puedo consentir que envidias sordas me impongan, con sus máscaras hipócritas, las abyectas labores del verdugo.
¿Qué haré con sus amargas sumisiones sentadas en la margen del Calvario?
Hay fragmentos de muertes en los sueños
y misterios de sombra amotinada deslizando presagios en los muros.
¿Qué haré con su ternura escarnecida aguardando los tiempos del eclipse?
No quiero tolerar este homicidio,
no quiero que las gárgolas salvajes me envuelvan en rencores macilentos o en ardides dialécticos y astutos.
Que yo, gobernador de la Judea deba favorecer sus ambiciones, sus violencias sin treguas ni cerrojos, sus bramidos de truenos absolutos.
¿Qué haré con su honradez impenitente olvidada en rincones deshilados?
¡Reniego de su pena en mi conciencia!,
por eso ofrezco, al grueso de la turba, la gracia acostumbrada del indulto...
Y el sustantivo,
aullado hasta el delirio por huecos de rencores malolientes es una bofetada, una blasfemia, los harapos finales de un anuncio.
¡Exijo la jofaina!
Que el esclavo vierta el agua descalza entre mis manos.
Que la sentencia embista contra aquellos que ignoraron la fuerza del conjuro.
Aquellos, extraviados en soberbias, aceptando cargar con este crimen sobre su nombre y el de sus estirpes hasta el postrer gemido de su pulso.
Siento los ojos, fijos en la espalda.
Un sudor frío brota de mi frente.
Y, a pesar del lavado minucioso,
hay estigmas, hay huellas, suciedades,
manantiales de légamo sangrante
en las ásperas pieles de mis puños.

Del libro Crónica de las huellas de NORMA SEGADES -Argentina-
Publicado en Editorial Alebrijes

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