viernes, 25 de septiembre de 2015

TU MANO SE FUE A LA NADA Y ME QUEDO EL FRÍO


Me he retirado de la batalla.
Juego a ser mortal en un olimpo sin dioses.
Y tu mano se fue a la nada, y me quedó el frío.
Agarrota mi semblante
como la escarcha, salteando los caminos
que abren en mis ojos.
Llagas dormidas.
Carecen de vida.
Creo que hoy se metió
el frío en mis huesos.
Solo digo mentiras.
Olvidé encender la luz,
veo el reflejo del candil en mi solapa,
en el rincón donde recordar las hojas de los árboles.
¡Cómo bailan para mí!
Expreso retales de un libro.
Lo dejé en el epílogo
intentado releer una estrofa
con el paladar de mi ironía.
Y por fin te vi.
Ya puedo dormir.

Del libro EGO AMARE de ISABEL REZMO -Úbeda-

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