domingo, 27 de septiembre de 2015
ÉXODO
A Francisco Robles
Avanza la mañana y van llegando
por Campamento, la estación, el puente…
de no se sabe dónde, de otra vida
distinta, de otro mundo, de otro tiempo
de vecinos sentados a la puerta
en las noches más lentas del verano
bajo un cielo de estrellas y de sueños,
de un pasado de lágrimas y gozos
compartidos, de risas y de riadas.
Son aquellos a quienes la miseria
de ayer, el infortunio o la avaricia
de algunos y la indiferencia de otros
obligaron, un gris y amargo día,
a abandonar sus casas para siempre.
Son aquellos que un día se marcharon,
aquellos que dejaron tantas cosas,
sus hijos o los hijos de su sangre
los que ahora regresan, los que vuelven
cada Miércoles Santo con los suyos
para llenar de sombras y recuerdos
estas calles de un barrio que no existe;
los que ahora se besan y se abrazan
con el gesto agridulce y la sonrisa
de quien tiene en el pecho una tristeza.
Son aquellos que saben que perdieron
sus bienes, sus afectos, sus hogares
y se acercan en busca de Refugio.
Desvalidos, nostálgicos enfermos
que en busca de Salud también acuden
y comparten con Él la cruz que llevan
sobre su corazón desde hace tanto.
VÍCTOR JIMÉNEZ -Sevilla-
Publicado en Luz Cultural
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