domingo, 27 de septiembre de 2015
ARRÁNCAME LA VIDA
Arráncame la piel a jirones, coge mi corazón y arráncalo de mi pecho, que no deseo sentir más dolor. Despinta mis labios y agriétalos, que no quiero sentir el anhelo de besar suave aquellos rostros que no se acercan a mí para ser besados.
Despega de mis brazos la dicha de acariciar con mis manos la dulce mirada, una mirada que me rompe a fuego el alma, que destruye con sus palabras gélidas todo aquel mundo creado, y ahora ya no sirve de nada..., de nada.
Cumplo mi condena por los delitos que aún preguntan cuáles fueron, mis lágrimas; vivo en una libertad enjaulada, ni de oro ni de plata, de tristeza se demora la libertad esperada, el sosiego, la paz, que nunca izan mi bandera blanca.
Amortájame con tus lirios, con tus crisantemos, con tus cirios, reza por mí una sintonía de ángeles que me eleven a la cumbre de los perdidos. Allí me despojaré de lazos que me condenan perpetuamente a sufrir doloras, a doler mi llanto. Elévame, elévame tanto que ya no pueda oír mis quejidos y sus llantos...¡ me liberaré de tanto!.
Vida, fragmenta en pedazos mi espíritu y lánzalo a los ríos que mansamente digieren mi angustia y arriban a mares azules donde se esconde el esqueleto de mis desencantos.
Mi vida ha sido piedras que han ido acreciéndose en cada doce campanadas de la torre donde guardo mis temores, hasta el punto en que ya no te amo, Vida, ya no te quiero. Sólo mi sueño es pintar mis pestañas de negro y acostumbrarme al silencio de lo eterno.
Abandóname Vida, abandóname a un retiro de contemplación divina, mas no quiero esta vida misma, de dolor, de recuerdos, de rencor, de nadar a contracorriente, ahogándome en el intento.
Cada montaña más alta de escalar, ya no arribaré ni hasta la falda de mis anhelos, La Paz.
Arráncame la vida, Vida, arráncamela.
MILAGROS RUBIO
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