Escucho un lamento triste
que viene del fondo de mi alma,
que anda coja, le falta su lado izquierdo,
donde siempre estuviste tú.
Otras manos quisieron ayudarme,
extendidas hacia mí, pero yo no las tomé.
Estoy aquí esperando por ti,
en el mismo rincón dónde me dejaste,
soy ahora un corazón lleno de telarañas,
porque nadie puede llegar hasta mí.
Me propuse olvidarte
y en ese esfuerzo incesante
tu recuerdo se hizo más presente,
decidí quedarme quieta, sin luchar,
sin vivir, sin respirar.
Quería impresionarte con mi amor,
ahogando mis suspiros,
mis anhelos y mis sueños,
para respirar tu aliento,
chocar con tus suspiros
y vivir de tus sueños.
Tengo el alma coja, y aún así camino,
siempre buscando mi destino.
Paloma Marim
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