Me dejas el sabor de la distancia. De tus palabras blancas, de tus besos con olor a fresas, enredados en un amanecer de primavera. Me quedo con tus ojos grandes rebosantes de alegría y tu piel canela. Con los atardeceres del verano, con el viento jugando en tu pelo tomados de la mano. Buscando en ti esa sinfonía llena de ilusiones, plasmada de versos en las mil y una noches. Una melodía de amor en el caudal del corazón. Arrastrando gota a gota tu pasión, furia incontenible de tus deseos entre mis brazos, revolcados de tentación, amor amor de celestina, de amantes de primeras fantasías. En aquella plaza que fuiste mía, amor adolescente, incandescente puro y loco. Entregado a la vida como gotas de lluvia en los campos, mirada tierna cautiva, furtiva, entre risas y llantos en el jardín del desencanto.
Héctor Pizarro Gauthier -Chile-
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