Cuando yo había creído
sentirlo todo en el amor,
el destino me sorprendió
al permitirme conocerte.
Lo que surgió dentro de mí,
jamás lo había experimentado,
nunca lo había palpado.
Me hizo replantearme
más de un concepto,
más de una verdad,
más de una emoción.
Aprendí a verter
sentimientos en tinta y vino
sobre el papel.
A plasmar vivencias
y conversaciones cotidianas
en armoniosas y sutiles líneas.
Que tus ojos
son puertas y ventanas
a mágicos universos.
Y tu sonrisa
es puerto seguro,
después de navegar
en los mares del desconsuelo…
Catarsis total suscitas en mí,
percibir tu efluvio,
el roce de tus labios en mi mejilla,
y esencialmente tus brazos
circundando mi cuerpo.
Catarsis en cada uno
de nuestros recuentros.
Del libro Cuasipoemas para una reunión bizarra de
ERIC URÍAS
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