Zozobra el crepúsculo
al que me quedo pegado
con la resina
que mana de su tronco;
lastimero ahora
en despedidas de un día
que nunca volverá.
Marchitadas las felices horas
que deambulan
por el etéreo almanaque
de la memoria,
no nos queda más que
sentarnos en el umbral
de los recuerdos
mientras nos llegan
por el zaguán
frescos vientos de otras épocas;
de otros tiempos que acechan
entre momentos de luces difusas
para venir a hablarnos
de aquellos instantes,
ariscos y tiernos,
en los que fuimos sueño.
TOMÁS BARRIENTO-Campofrío-
DE FACEBOOK - 6187 - UN POCO MÁS ARRIBA DE LA PICOTA
Hace 9 horas
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