jueves, 26 de enero de 2012

POEMAS

Penúltima etapa (I)

La mujer de los treinta ha renacido
en su etapa penúltima, ya invierno,
marginando el espíritu materno
en pro del viejo instinto adormecido.

La ha llamado a la puerta el alarido
que estremeció su cuerpo, entonces tierno,
y no sabe encauzar el desgobierno
en que su vida actual se ha sumergido.

Bisbisea monólogos, suspira,
descuida los quehaceres, y delira,
sonámbula de lunas y retozos.

El témpano del tiempo se deshiela,
y el sexo anquilosado se rebela,
desenterrando los antiguos gozos.


Penúltima etapa (II)

Despierta del letargo la memoria,
regenerando el tacto en cada dedo;
cede su plaza a la aventura el miedo,
y el tedio y el desánimo a la euforia.

Rejuvenece. Queda atrás la historia
prosaica, insustancial, simple remedo
de la vida posible, cuyo enredo
es cicatriz y beso, cruz y gloria.

No perderá esta nueva coyuntura,
dispuesta a amar a sangre y quemadura
hasta la extenuación o el infortunio.

Se abre la puerta. El albornoz resbala.
Y en la noche sensual, al fin recala
en su entraña febril el plenilunio.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO-Los Angeles-

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