viernes, 20 de enero de 2012

POEMA

LOS SUICIDAS FRUSTRADOS
A Nacho, Carmelo, Rita e Irineo.

Todos hemos muerto alguna vez
y hemos oídos nuestros requiem
expandirse por las cuencas de los ojos
piano, piano hasta el infinito.
Todos hemos caído en espiral
en la garganta profunda del abismo sin labios
y perdimos pie en las negras aguas de la angustia.
Todos, sin embargo aquí estamos
como engendros del averno,
hablando a viva voz de nuestras muertes.
Todos hemos visto
nuestro rostro en el ataúd que pasa
ante nuestra mirada paranoica.
Sin embargo tenemos alma de fénix
y arrebatamos la carne a la
guadaña sedienta, que esperaba
en el filo de la navaja o
sentada al borde del precipicio.
Todos hemos nacido al menos
dos veces y tenemos en los ojos
el vacío de una noche muy larga,
el aliento de unos goznes
oxidados por la herrumbre y la escarcha
que taladra las entrañas.
Todos cruzamos la puerta
y le tocamos la piel a la bestia
y todos hemos regresado,
aunque bien es cierto que
tenemos en la mirada
la cicatriz inconfundible
de unas uñas con mariposas frías
con alas de navaja
que nos recuerda que un día por un momento
nos fuimos de este mundo.

JUAN EMILIO RÍOS VERA-Algeciras-

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