Sin palabras
Callado era su amor, y lo era el mío.
Es sombra la palabra; yo prefiero
tenderme al sol, al pie del limonero,
y escuchar el silencio, tan vacío.
Ella me habla sin voz, y le sonrío
desde el hueco del alma en que la quiero.
Desconozco coloquio más sincero,
coyuntura más lejos del hastío.
Y hablamos boca a boca. Cada beso,
sepulcro de vocablos, retroceso
de voz inane, mas troquel de ideas.
Convérsame sin tregua de este modo,
que intuyo cada enigma, entiendo todo,
mientras en mi interior relampagueas.
Se me abrasan los ojos
Se me abrasan los ojos de mirarte,
mas insisto en mi sed, y no los cierro.
Amante soy de mansedumbre y hierro,
temblor de Venus y vigor de Marte.
Te miro idea a idea, parte a parte,
penetro tu cerebro, desentierro
cada resto vital, y me destierro
a tu espacio interior. Eso es amarte.
Se me ha agotado el mundo. Ni la rosa
respira ya; la tarde está lluviosa,
palidece la luz, no canta el río.
Yo te contemplo absorto, fascinado,
con esta herida abierta en mi costado;
y aunque sangro por ti, también sonrío.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-
DE FACEBOOK - 6187 - UN POCO MÁS ARRIBA DE LA PICOTA
Hace 20 horas
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