2486
Andan tristes los días,
como si alguien querido hubiera muerto.
Mis alforjas, vacías,
mi recinto, desierto,
y mi ritmo en absurdo desconcierto.
No sé si mis ideas
forjan desorden tal, o si es la vida
que agita estas mareas
de sombra y despedida...
¿Preferiría el alma estar dormida?
2487
Te recuerdo cantando con los ojos.
Eras el gozo que revienta puro
desde el fondo del alma. Eras manojos
de sueños en color, cara al futuro.
Y yo canté contigo,
mecido en la marea de tu euforia…
Y aún en mi aciaga soledad consigo
reproducir tu canto en mi memoria.
2488
Llegó la luz, tocando en los cristales.
Era la más espléndida mañana.
Pero antes fue la noche y sus rituales
de mansa furia y religión pagana.
Fue avanzando el reloj, se hizo la prisa,
preciso fue partir, llamó el deber.
Y me llevé en el alma la sonrisa,
y el fervor en la piel, de esa mujer.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO-Los Ángeles-
Revista poética Azahar, nº 133
Hace 7 horas
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