Quien piensa que la muerte
es el remedio a mis males
se equivoca
primero morirá él
de envidia
y sufrimiento
antes de verme llorar
en mi derrota
que no siento
ni me agobia.
Tu recuerdo en el agua
reflejado se quedó
cuando aquel día excitante
tú posaste entre los dos
no se me olvidan tus besos
tus abrazos, tu calor
tu amante pecho latía
tanto como latía yo
nos rodeó una ola de espuma
que en la arena se entregó
y en esa tu alma desnuda
mi cuerpo entero fundió
nos volvimos como peces
y en el agua sentimos vivir
nos sorprendió esa noche la luna
llegando todo a su fin
aún hoy busco y no encuentro
entre arena, espuma y olas
oyendo en las caracolas
tu voz aún susurrante
que me diga palpitante
si puedo amarte amapola.
Armando Arzalluz Carratalá -cubano-español
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