Te beso un poco más allá del silencio, y me dejas un acento a uvas entre la sombra y el alma, mientras mis labios se llenan de estrellas y las manos se enriquecen de mariposas, y emprendo el camino hacia el deseo de hacerte el amor bajo los pistilos de la madrugada, (que también se enamoraron de ti,) para tener un luminoso espasmo con la forma y textura de la mañana, pretendiendo que la muerte nos envidia al besarnos, y agonizamos de nuestros besos cuando, al disfrutarnos y casi morirnos, simulemos dormir…
Victor Diaz Goris
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