Soledad, fuiste protagonista
de un grandioso libro
y yo quiero recordar
a ese general a quien
nadie escribía asustado
por no amar
en los tiempos del cólera
sintiendo que su muerte
estaba, como la de todo, anunciada.
Yo no aguantaría cien años
sumidos en la más terrible soledad.
Seguro que antes me lanzaría
a los caminos a buscar
limosnas de compañía
para no perecer en el silencio.
Soledad de soledades,
eres tan solo soledad,
que cuando invades la mente
vas poco a poco minando
la resistencia de un cuerpo
que para escapar desea escuchar
alguna voz que lo saque
de tan profundo pozo.
JOSÉ LUIS RUBIO -Conil-
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