Si herida fue mortal, estaré muerto,
y si soplo de dioses, siempre vivo;
si fue tormento, me veré cautivo,
y si sólo ilusión, vagaré incierto.
Si dejó espacio, me encontrará abierto;
si se acabó, me iré definitivo;
si un estrago causó, seré el motivo,
y si pidió destreza, me haré experto.
Si fue sonido, llorará mi arpa;
si fue paisaje, llenará mi vista,
y si razón, diralo mi escritura.
Si tendió anzuelo, yo seré su carpa,
que a esto me redujo su conquista:
a amor que ni remite ni se cura.
RAFAEL SIMARRO SÁNCHEZ -Ciudad Real-
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