Eres la roca y fuente de mi vida
y el tizne de mi mente y de mi alma,
el tinte que me cubre y me da calma
por la espesa montaña florecida,
canto de la experiencia más querida
por todo lo que nunca me empalma,
en esta triste vida como enjalma,
al ser lo más pesada y tan sufrida.
Eres, la luz del cielo y de mi mente,
dando misericordia fiel y eterna,
como sutil aurora bella y tierna
llegar por cada tiempo suavemente,
dándonos su esplendor en cada día
por ser la bella LUZ de la ALEGRÍA.
Jose Manuel Quintero Rojas
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