Renacer con cada inspiración.
Recrearse en lo creado.
Deshilvanar la ilusión.
Desdibujar lo soñado.
Abrir ,de par en par,
las puertas del corazón
y volver a caminar
por la senda del perdón.
Pues no hay agravio
si no lo reconoce el corazón.
Y del cambio nace la revolución.
Desde dentro, desde el interior.
Revivir es enredarse
en un pasado inexistente.
Permanecer es quedarse
en el momento presente.
No aferrarse a lo pasado
ni saltar hacia el futuro.
Caminar en lo sagrado
consciente, inocente y puro.
Y es que no hay agravios
si no lo reconoce el corazón.
Y del cambio nace la revolución.
Desde dentro, desde el interior.
ALFONSO BARO -Puerto Real-
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