Tu recuerdo flota en las sombras,
en oscuros rincones del pensar,
entre las hojas caídas,
en el polvo que se va.
En dispersadas cenizas,
en tizones apagados,
en congeladas sonrisas,
nebulosas del pasado.
El aire arrastra tu imagen,
ya ni puedo distinguirla,
aunque me esfuerce en mirarle,
es una borrosa sombra,
¡esfumándose perdida!
Las infinitesimales partículas de tu recuerdo
se hundieron en abismal indiferencia,
en la impasibilidad de una pulcra conciencia;
en un corazón...
...que como esponja fuertemente apretada,
se queda seca,
pero limpia y liberada;
pues en ausencia de la presencia... se convirtió...
¡en tristeza difuminada!
Maria Ernestina Torres Sánchez -México-
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